Sueños

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A lo largo de nuestra vida, vemos constantemente sueños: agradables y aterradores, tristes y alegres, fantásticos y ordinarios. Pero casi nadie piensa en el hecho de que cualquier sueño conlleva la oportunidad de aprender muchas cosas interesantes y útiles sobre uno mismo, de traer a la conciencia lo que se esconde en las profundidades de los recuerdos olvidados. Un sueño, por regla general, contiene numerosas metáforas e imágenes que ayudarán a revelar necesidades inconscientes, responder preguntas que nos interesan, ver nuestra personalidad bajo una nueva luz y conectar las partes dispares de nuestro “yo”.

Es recomendable empezar cada mañana recordando tus sueños. Una vez que haya captado cualquier detalle, podrá desenredar los hilos de imágenes aparentemente perdidas y, posteriormente, restaurar la mayor parte del sueño. Después de reproducir el sueño en la memoria, es necesario prestar atención a las imágenes más intensas que evocan una reacción emocional. A continuación, debes introducir cada imagen lo más completamente posible, fusionarte con ella y sentirte como un personaje de tu sueño. Conviértete en un monstruo que te persigue a ti o a un extraño, un viejo coche averiado que recuerdas con fuerza en un sueño o una casa abandonada que de vez en cuando se ha vuelto destartalada. Repasa cualquier detalle que haya llamado la atención o haya causado disgusto/miedo/alegría, es decir, cualquier objeto con tintes emocionales. Al reproducir tu sueño, intenta sentir, sin palabras, tal o cual imagen.

Recuerde lo que le interesó en los próximos días; a menudo un sueño contiene algo que se perdió, se olvidó, algo que necesita realizar y convertir en su experiencia de vida. Es importante recordar que analizar y analizar mentalmente los sueños sólo da resultados menores y conduce a más construcciones ilusorias que te confunden aún más. Es mucho más efectivo revivir tu sueño, conscientemente, notando las reacciones que tienes ante él.

Cualquier personaje de tu sueño es parte de tu personalidad. Las imágenes malas, enojadas y aterradoras a menudo representan la manifestación de partes rechazadas de la personalidad. La ira o el resentimiento reprimidos, los recuerdos traumáticos y mucho más que has descartado como negativos se reflejan en forma de sueños. La lucha interna que acompaña cada vez más a una persona a lo largo de la vida conduce a la supresión y represión de ciertos aspectos de nuestro “yo”. Todo lo que se valora como negativo o indeseable y posteriormente se reprime de la conciencia nos debilita y nos divide. Por ejemplo, si no podemos experimentar y reconocer nuestra ira, considerándola inaceptable para una persona “culta” o “amable”, nos volvemos más vulnerables. La ira, a su vez, es una reacción de adaptación a eventos inesperados, o un miedo inconsciente por la propia vida o una imagen ilusoria que la mayoría de nosotros mantenemos diligentemente frente a los demás. Rechazando cualquier sentimiento, considerándolo malo, nos dividimos en varias partes independientes: una de las cuales experimenta este sentimiento, la otra lo niega o se culpa por su manifestación. Así, la lucha interna nos divide cada vez más en muchas personalidades opuestas, en diferentes “yoes”, que de vez en cuando toman el poder sobre nosotros.

Una forma de recuperar la integridad, la calma y la confianza es mediante la integración de los sueños. Al recordar y experimentar nuestro sueño, convertirlo en personajes negativos y positivos, en detalles de la situación y edificios enteros, en diversos objetos e imágenes vagas, podremos sacar a la luz de la conciencia los conflictos internos y resolverlos. Al tomar conciencia de los sueños, descubrimos, paso a paso, nuevas facetas de nuestro mundo interior. Después de todo, cada trozo de sueño expresa nuestro “yo” complejo y fragmentado. Al percibir simultáneamente dos partes de nuestra personalidad luchando entre sí, las llevamos a la integración, fusionándonos en una entidad estable. Al considerar los sueños como metáforas, es posible descubrir deseos largamente olvidados, recuerdos y asuntos pendientes que nos quitan la energía vital y que no nos permiten vivir una vida armoniosa y feliz.

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