Objetivación

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“Objetivación” en el contexto de las relaciones significa contacto en el que una persona ve en la otra no una persona, sino un “objeto”, un objeto para la encarnación de sus propios deseos. Cualquiera que haga esto se encuentra en una posición inmadura. Se necesita cierto grado de madurez, de crecer, para empezar a ver a las personas de una manera compleja, no fragmentada.

El desarrollo saludable incluye respetar a los demás como personas con sus propios derechos, necesidades, limitaciones, rasgos buenos y malos. Un hombre o una mujer que ve a otra persona como un objeto y la mira únicamente desde el punto de vista de la satisfacción de sus propias necesidades no es capaz de entablar relaciones sanas y maduras, especialmente románticas o sexuales.

Las personas propensas a la cosificación son menos capaces de sentir empatía que otras. Una persona que ve a los demás de manera integral puede mirar el mundo a través de los ojos de otra persona, notar similitudes y diferencias con él, reconocer fortalezas y debilidades, gustos y disgustos. Estas habilidades determinan la capacidad de simpatizar y adoptar el punto de vista de otra persona. Es difícil para una persona que ve a otra como un objeto o función tener compasión y tomar el lugar del otro.

La cosificación depende del grado en que el niño ha sido aceptado o rechazado emocionalmente por su entorno inmediato. Si sus necesidades no fueron satisfechas durante la infancia, el individuo se sentirá insignificante, incompetente e indigno de amor. La comprensión del tema está ligada a la actitud de una persona hacia sí misma como figura activa e independiente.

La subjetividad es una categoría en psicología que expresa la esencia del mundo interior de una persona, la posibilidad de una transformación creativa de la realidad circundante, la expresión de la propia opinión, emociones, sentimientos, basándose no en cómo debería ser, sino en cómo el sujeto. él mismo piensa y siente.

Las relaciones subjetivas representan la interacción entre personas basada en el reconocimiento de cada una de ellas como un individuo con sus propias necesidades, derechos y valores únicos. En tales relaciones, las personas consideran la individualidad de cada uno y se esfuerzan por lograr la comprensión, la cooperación y el respeto mutuos.

Las relaciones objetivadas pueden compararse con las relaciones mercancía-dinero. En tal relación, una persona ve a la otra como un objeto que puede usarse o intercambiarse por algo para satisfacer sus propias necesidades, del mismo modo que los bienes se intercambian por dinero. El valor y la importancia de otra persona se determinan únicamente en el contexto de la obtención de beneficios o la satisfacción de los propios intereses. Estas relaciones carecen de reconocimiento de la individualidad, la unicidad y los derechos de la otra persona, lo que las hace poco saludables y carentes de profundidad.

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